Huellas llegó a mis manos por casualidad en el momento justo. Acababan de diagnosticarme un cancer de mamá. Mi sorpresa fue cuando comencé a leerlo y supe entonces que trataba sobre esta enfermedad. Huellas se convirtió en la lectura elegida para las sesiones de quimio, lo comencé en la primera sesión el 27 de febrero y hoy 30 de julio después de 22 largas e intensas semanas vuelvo a releerlo en la última, es mi pequeño homenaje, Desde el principio afronté la enfermedad con optimismo y esperanza, Y huellas me ha ayudado a mantener esa actitud, sus mensajes me han guiado en todo este proceso Solo puedo daros las gracias, David y Diego por las reflexiones que han surgido pagina a página y por la sabiduría con la que todo está escrito. Debería ser el libro de obligada lectura en las sesiones de quimio. Un abrazo de infinita gratitud a los dos.